De todos es sabido que nuestras mascotas están expuestas a gran variedad de parásitos, y que muchos de ellos pueden ser peligrosos para ellas y para las personas que comparten el hogar.
A modo de resumen, dividiremos los parásitos en internos y externos.
Parásitos EXTERNOS:
- pulgas: causantes de picor y dermatitis frecuentes, de fácil transmisión a las personas.
- garrapatas: causan inflamaciones localizadas pero su principal peligro es que pueden transmitir enfermedades graves, que cursan con anemia, fiebre, alteraciones en la coagulación o artritis. Las más comunes en nuestra zona son la ehrlichiosis, anaplasmosis y la borreliosis, siendo esta última transmisible a las personas.
- mosquitos y flebotomos: transmisores de la Leishmaniosis y del gusano del corazón (Dirofilariosis)
- ácaros de los oídos y sarnas: de fácil contagio en colectivos (refugios, criaderos, tiendas) o en animales inmunodeprimidos.
Parásitos INTERNOS:
- "Lombrices" planas y redondas. Son muy comunes en cachorros y de fácil contagio a los pequeños de la casa, por lo que es muy importante la desparasitación frecuente de nuestras mascotas con productos de amplio espectro. Como ejemplos citamos los áscaris y los echinococos, que son de obligado tratamiento anual por Orden de la Junta de Andalucía (ver apartado Legislación)
- Enfermedades transmitidas por garrapatas: ya comentadas, su prevención se consigue con productos que evitan la mordedura de la garrapata.
- Leishmania y Dirofilaria: ya comentadas, su prevención se realiza con repelentes (collar o pipeta) o con vacuna en el caso de la leishmaniosis.